martes, 3 de julio de 2007

La fuerza de los que no tienen razones.

El miércoles 6 de junio ocurrió un hecho horrible en el Centro Cultural España Córdoba en Argentina. En una muestra del la muestra del pintor y músico Alfonso Barbieri, irrumpieron un grupo de extremistas católicos destrozando parte del edificio y lo mas importante, los originales que se exponían en la muestra. Estos individuos alegaban que ofendían a su madre por un cuadro de la virgen Maria que el pintor había retirad ya de la muestra por las presiones externas. Les dio igual, destrozaron una obra irrecuperable. Más información aquí.

Y es que aquí tenemos que tener en cuenta algo muy importante: la libertad de expresión, principio fundamental para que una sociedad sea mínimamente democrática y justa. Y ésta no puede estar supeditada por un puñado de radicales que intentan imponer los argumentos que no tienen por la fuerza. La protección de nuestro bagaje artístico es fundamental para el una sociedad sana y tiene que estar por encima de religiones, ideologías y sentimientos personales. Nada puede provocar lo que le pasó a Alfonso Barbieri.

Durante toda la historia de la humanidad se ha ido repitiendo: durante la Inquisición o en las dictaduras como la franquista o la nazi se quemaban y destruían todos los documentos que se salieran de su concepción de la realidad y supusieran un peligro para ellos. Porque la cultura es poder, y eso los dirigentes lo saben muy bien Y por eso debemos protegerlo y no permitir nunca más la irrecuperable perdida de la arte único.

No podemos permitir que unos ignorantes con los "ojos vendados" o estafadores con los ojos demasiado abiertos nos digan lo que podemos ver, oír o leer. La censura es dañina venga de donde venga, y nunca tiene disculpa

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