martes, 31 de julio de 2007

La voz de los Muertos

Si hace algunas semanas comenté El Juego de Ender de Orson Scott Card, hoy me gustaría hacer lo mismo con la segunda novela de la Saga: La Voz de los Muertos.

Antes de empezar el libro había leído multitud de comentarios, tanto a favor como en contra de la novela, así que la había cogido con un poco de miedo. Pero todo eso desapareció cuando comencé a leerla. Card nos sumerge en una historia apasionante que no puedes abandonar. Una de las mayores críticas que se ha llevado ha sido la poca similitud que hay con su predecesora. Y es que, si quieres un Juego de Ender 2, aquí no lo vas a encontrar. Aquí encontraras otra cosa muy diferente y genial. Aun así si que se puede ver que el eje de la novela es el mismo. Si en el Juego de Ender veíamos como se iba formando la personalidad de Ender, en la Voz de los Muertos volvemos a ver el aspecto psicológico solo que esta vez esta enfocado en los “cerdis” y en los habitantes de Lusitania.

Situada 3000 años después de los trágicos sucesos del Juego de Ender, la humanidad ha encontrado por fin otra raza inteligente en la galaxia: “los cerdis”, Card nos sumerge en un juego de mentiras y medias-verdades que poco a poco va desvelando la verdad de todos los seres del planeta.

Sin entrar en más detalles acerca de la trama, solo me queda por decir que me ha parecido una novela estupenda, totalmente recomendable.

1 comentario:

48º Ronin dijo...

Ciertamente, este libro está escrito con un registro muy diferente a su capítulo previo pero, no obstante, guardan una cierta relación en su estructura y evolución.

Quizá en La voz de los muertos, Card "se moje" demasiado para el gusto de algunos con la religión pero, como ya sucede en el caso de Dune, al usarla como herramienta de la realidad de la historia y no como una justificación para "evangelizar", las críticas a este efecto ni tienen mucho sentido.

Hay religión, sí, pero sin ella la trama no podría desarrollarse como lo hace. La prosa es más densa, pero esto es así (en mi opinión) porque el relato toca una mayor cantidad de temas, es más ambicioso y dicho sea de paso, merece cada uno de los premios recibidos.