miércoles, 19 de septiembre de 2007

Máxima eficiencia - Capitulo II

Segunda parte de Máxima Eficiencia. Si te perdiste el primer capitulo, no dejes de leerlo aquí.

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Larry Lie no era estúpido, y tenía demasiada experiencia como para no ver lo que pretendían hacer en Marte 1. Pero tampoco es que a él le molestara lo más mínimo, sí querían más dinero era problema de sus jefes en la Tierra. Lo que sí le molestaba era el orgullo que había creído percibir en los "marcianos". Él siempre los había imaginado como gente melancólica cuyo único deseo era volver a "casa". Sin embargo en su charla le había parecido percibir un sentimiento de satisfacción en sus logros, incluso un cierto desafío hacia la Tierra, lo cual no podía tolerarse.

Tras la gira, excesiva según su punto de vista, por toda la ciudad, se había retirado a su alojamiento con el fin de descansar antes de la gran celebración por el décimo aniversario de la fundación en la que, no le cabía ninguna duda, los marcianos seguirían reprochando con toda la pomposidad de la que fueran capaces, la prosperidad que estaban alcanzando.

Le habían dispuesto en un bonito alojamiento. Algo pequeño para lo que él se esperaba pero no podía quejarse. En él se podían encontrar todas las comodidades que pudiera desear. Un cuarto de baño con los avances más novedosos tanto en confort como en ahorro hídrico y energético. No tenía cocina ni, por supuesto, nevera, pero a través de su terminal podía pedir una amplia gama de alimentos que el recibiría a través de un aparato desde no sabía donde, solo había visto una cosa parecida en un hotel de lujo en la costa española dos años atrás. Nunca habría imaginado ver algo similar en Marte.

Todos estos pensamientos fueron sorprendidos de repente por el timbre de su habitación. Era su guía a la cena de esta noche, llegaba temprano. Tras arreglarse con sumo cuidado se marchó junto con el guía. Aún sumido en sus pensamientos y movido por una morbosa curiosidad le dijo:

— Me gustaría ver otro tipo de alojamientos.

— ¿Qué alojamientos?

—No sé. Los alojamientos de Royen, Akela o usted mismo —Insistió Lie

—No entiendo a que viene ese interés. En Marte 1 todos los alojamientos son iguales. Todos son como el que usted utiliza.

Le llevaron con Lotman que se encontraba notablemente excitado.

— Hola Sr. Lie. Me han dicho que mañana puedo ir en un viaje por la superficie marciana con uno de sus vehículos. Será una experiencia increíble. ¿Le apetece acompañarnos?

— No gracias Odon. Creo que eso rebasaría mis expectativas de un viaje tranquilo.

— Como quiera, pero ya vera como se arrepentirá después.

Todo estaba preparado. La noche empezaba con una gran cena para todos los habitantes de la colonia que así lo desearan en la gran Plaza de la Tierra. La organización era espectacular. Lie y Lotman como invitados de honor se sentarían en la misma mesa que las autoridades locales muy cerca, sospechaba Lie, de Royen y Akela.

Menkar Royen apareció con su sonrisa habitual, había puesto mucho interese en esta fiesta y no quería que nada se le fuese de las manos.

— ¿Cómo va todo? Espero que bien, ya saben que si necesitan cualquier cosa deben comunicárnoslo.

— Tranquilo, estamos bien — Respondió Lie. — Lo único que me gustaría saber es en que va a consistir la celebración de esta noche.

— No se preocupe, todo a su debido tiempo, ya vera como se sorprende.

— Eso no lo he dudado ni un instante. — Dijo irónicamente Lie.

Tras la llegada de las últimas personas, daba comienzo la cena con un breve discurso del Alcalde:

— Cuando llegamos hace exactamente diez años, muy pocos esperaban que la colonia sobreviviera tanto. Algunos esperaban que volviéramos con "el rabo entre las piernas", otros suponían que moriríamos aquí… Y por eso creo que este día es tan importante, es importante porque les estamos demostrando a todos, sobre todo a nosotros mismos, que el proyecto no solo es viable, sino además necesario para el futuro de la humanidad. Para finalizar, quiero dedicaros este día a todos vosotros que, con vuestro trabajo y dedicación, habéis conseguido todo lo que hoy podemos admirar. ¡Felicidades!

Menkar Royen volvió a su mesa satisfecho, había pronunciado un buen discurso y creía haber impresionado a sus invitados. Lie que se había sentido aludido, y con razón, respondió.

— Un discurso muy directo, Sr. Royen. Me ha intrigado mucho su concepto de necesario.

— Pues no entiendo porqué, bueno supongo que tendremos que seguir trabajando para que deje de intrigarle.

Justo en el momento en el que la tensión empezaba a notarse, empezaron a servir la cena. Lotman lo esperaba con especial interés ya que había seguido los progresos de la agricultura marciana desde hacia años. En cuanto lo tuvo a su alcance se puso a examinarlo. Se trataba de un plato principalmente compuesto de lo que parecía patata y algún tipo de verdura que el no había visto antes.

— Es Cidol. Es una planta creada a partir de col y cebolla. Se que puede parecer muy raro pero el resultado obtenido es magnifico. Es muy fácil de cultivar, no necesita mucha agua y como comprobaras tiene un sabor exquisito.

— ¿También la has diseñado tu?

— ¿Qué? Oh, no… Todo el programa alimenticio esta bajo el control del Doctor Miller

— ¿Christopher Miller? ¿No estará por aquí? Soy un gran seguidor de su trabajo. Me gustaría conocerle.

La cena prosiguió con un total normalidad, incluso Lie parecía disfrutar de ella. Estaban a punto de servir el segundo planto cuando de repente todas las luces se apagaron. Dos segundos después se encendieron las luces de emergencia. Inmediatamente Akela, preocupada, buscó la usualmente tranquila mirada de Royen para encontrar en él una gran turbación. Antes de que nadie pudiera decir nada, una estruendosa alarma comenzó a sonar.

— No se preocupen —Dijo enseguida Royen, con una frialdad que no mostraba su expresión— mandaré a alguien de seguridad para que les lleven a sus cabinas…

— Ni hablar, como representante oficial de la ONU, exijo saber que esta pasando —Incordió Lie.

— Comprendo su frustración pero no se lo que esta pasando y mientras lo averiguo lo último que necesito es gente molestando.

— Vamos a ir con ustedes, puede aceptar nuestra ayuda o puede seguir discutiendo.

— Esta bien, pero no olviden que están bajo mi responsabilidad. Vamos a ir centro de control.

El centro de control era la sala más importante de Marte 1. Desde allí se controlaban todos los aspectos de la ciudad, desde la temperatura, tanto la cúpula como la del exterior, hasta el tranvía que recorría la ciudad; pasando, por supuesto, por las centrales de energía.

— Señor, me alegro de verle —dijo preocupado el oficial de control— Ha habido una bajada de la tensión eléctrica debido a un fallo en la planta bacteriana. Estamos canalizando la energía disponible a la iluminación de emergencia y sistemas imprescindibles.

— ¿Problemas en la planta bacteriana? No puede ser, es imposible — Negaba rotundamente Akela.

— ¿Qué tipo de problema? — Preguntó Royen.

— No lo sé. El terminal de la planta envió la señal de alarma y después se corto el contacto, antes de que pudiéramos recibir ningún dato. No tenemos acceso a los sensores ni a las cámaras, estamos ciegos.

— Iré a investigar a la planta. — Aviso Akela — Avisa a Miller para que tenga preparado el laboratorio…

— Imposible, el Dr. Miller llegó aquí poco antes que vosotros y salió para allá.

— Voy contigo, puedo servirte de ayuda —Dijo Lotman

— Está bien pero quédese siempre detrás de mí.

— Akela, busca a Miller, haced un diagnostico de la situación y volved. Tener cuidado, la alarma saltó por algo y quiero saber por qué. — Dijo Royen, visiblemente preocupado.

La ciudad se encontraba sumida en un pequeño caos por primera vez en su historia. Todas las calles estaban ligeramente iluminadas por las luces de emergencia. Los equipos de seguridad se encargaban de que todos los ciudadanos regresaran a sus cabinas. De pronto salieron de la zona "habitada" de la ciudad para adentrarse en una zona que Lotman reconocía, estaban llegando a la Planta Bacteriana pero no sabía exactamente cuanto les quedaba. De repente al volver una esquina vieron al Doctor Miller.

— ¡Quietos! No os acerquéis. He estado investigando, la contención de las bacterias ha fallado. Se han liberado…

— Eso es imposible —Insistió Akela— Las medidas de seguridad hubieran…

— Lo sé, pero ha pasado.

— Hay que sellar todo el sector y largarnos de aquí.

— Espera. Estoy infectado… —Dijo asustado Miller.

— Tenemos que ir al centro medico ya. Rápido no esta lejos.



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Capítulo III

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