martes, 18 de septiembre de 2007

Máxima eficiencia - Capitulo I

Después de bastante tiempo, hoy recuperamos los relatos en Punto Sin Retorno. Después de Plutón, ese gran Desconocido y Réquiem por un Ciudadano Mundial os quiero presentar un relato ambientado en un futuro cercano, situado en un Marte colonizado por los humanos. Espero que os guste y ya sabéis que agradezco todos los comentarios. Sin más dilación, comienza Máxima eficiencia.


*****


— Estamos muy complacidos de recibir su visita. Si lo desea puedo enseñarle las instalaciones ahora mismo.

Así recibían al representante de las Naciones Unidas en la Colonia Marte 1 del planeta rojo. Marte 1 era nuestra primera, y única hasta la fecha, colonia extraterrestre. Su construcción, iniciada en 2036, no estuvo exenta de polémica. Hubo grandes protestas acerca de la necesidad del proyecto debido a su enorme presupuesto, y más con la enorme necesidad que había en la Tierra. Una enorme sequía en África, que había dejado miles de muertos en las últimas décadas, había favorecido la creación de la Confederación Africana que había iniciado una campaña militar para lograr hacerse con fuentes de agua potable. Y si a esto se le sumaban las cada vez más abundantes catástrofes naturales, hacía que el número de refugiados en numerosas partes del mundo ascendiesen a millones. Aun así, el proyecto era visto por muchos como una forma de aprender a vivir de un modo sostenible, aprovechando al máximo los recursos o como mínimo, una vía de escape si las cosas se ponían demasiado feas en la Tierra.

En 2040 se terminó su construcción y pronto llegaron los primeros 200 colonos, un grupo de especialistas y aventureros que viajaban rumbo a Marte sin saber muy bien si algún día volverían ala Tierra. Hoy se cumplían 10 años de la llegada de tal evento y para conmemorarlo, Marte 1 recibía al primer representante oficial de la ONU que la visitaba desde su fundación. Mucho había cambiado desde los primeros días de la colonia. Una enorme cúpula delimitaba una atmósfera completamente respirable que daba cobijo a la enorme población. Bajo ésta, una ciudad limpia y floreciente constituía la mayor esperanza de la humanidad.

— Estaría encantado, pero si no le importa preferiría descansar un poco antes. Ha sido un viaje muy largo.

Menkar Royen había sido el director de la colonia desde que se inicio su construcción y ahora era el encargado de guiar a la delegación durante su estancia. En más de 14 años no había vuelto a la Tierra y no sabía si podría volver algún día. En la Colonia la gravedad era un tercio de la terrestre y aunque no era una circunstancia que tuviera efectos perjudiciales, de hecho algunos estudios indicaban que podía alargar ligeramente la vida, si que podía tener repercusiones si volvían a la mayor gravedad terrestre. Esto era conocido y aceptado por todos, aún así la gran mayoría no podía evitar sentir cierta melancólica a menudo, soñando que algún día volverían a sus ciudades natales. Junto a él se encontraba Akela Sommer, la microbióloga responsable del mantenimiento energético de la Colonia y la persona en la que más confiaba en toda la estación.

— ¿Crees que traman algo malo, Menkar?

— ¿La ONU? No lo creo, esto no es más que publicidad, ahora que nos empiezan a ir bien las cosas quieren hacerse la foto. Espero aprovecharme de eso e intentar negociar un aumento en el presupuesto, cada vez nos recortan más. ¿Está todo listo en la planta energética?

— Ahora mismo hay dos técnicos examinándolo todo, pero no creo que haya ningún problema.

— Bien porque tenemos que impresionarles.

Larry Lie no estaba especialmente emocionado con su visita a Marte 1. Tras meses de viaje dentro de una lata, por fin había llegado. Y no podía haberse imaginado lo difícil que era moverse con una gravedad tres veces menor que la terrestre. Los marcianos ya estarían acostumbrados pero a él le iba a costar lo suyo.

Unas horas después de haber llegado a la ciudad, Lie se disponía a visitarla. El poco entusiasmo que sentía él parecía compensarse con el jovenzuelo que le habían enviado como asesor científico Odon Lotman.

Comenzaron su visita por el reactor de Fusión principal. Akela les relataba orgullosa la eficiencia energética de la ciudad y como este reactor era capaz de suministrar el 50% de la energía necesaria para la ciudad, aunque todo el combustible lo traían de la Tierra. Lotman, interesado le preguntó de donde sacaban el resto, a lo que Akela, sensiblemente ofendida respondió:

— No has hecho muy bien tus deberes ¿no? Ahora te lo enseño.

— Los he hecho perfectamente, pero me gustaría escucharlo de sus labios.

Mientras caminaban, Royen le mostraba a Lie los progresos realizados, en estos 10 años habían alcanzado una población de más de más de 1500 habitantes, cuyo nivel de vida era notablemente alto. Lie se interesó por los problemas de idioma.

— Como ya sabes, al diseñar el proyecto quisimos que fuera algo realmente global y que ninguna nación destacara sobre el resto, así que nuestra idea de establecer el esperanto como idioma oficial fue muy buena. El único requisito para los nuevos habitantes es que sepan hablarlo y por ahora no ha habido ningún problema. Eso ayudó a la integración de todos los nuevos habitantes y la formación de un espíritu…

— Aquí esta. —Interrumpió Akela emocionada— nuestro mayor logro y la causa de que cada vez dependamos menos de los envíos terrestres —Desde luego estaba orgullosa de su creación— Cada habitante de la ciudad genera más de un kilo al día de residuos y eso es un problema muy grave. Así decidimos aplicar sistemas biológicos para obtener energía. Los residuos orgánicos y no reciclables son usados como alimento por un grupo de diversas bacterias, diseñadas genéticamente que sacan el máximo partido a los residuos, desprendiendo en su metabolismo electrones que son usados para generar energía eléctrica. De hecho son unas bacterias con un elevadísimo ritmo metabólico, así que tenemos que controlar mucho su número ya que si este se descontrolara podría generar problemas.

— ¿Pero todo esto no genera mucho CO2? — le interrumpió Lotman.

— Así es, y ese CO2 es usado por un grupo de cianobacterias fotosintéticas, también diseñadas artificialmente, que nos proporcionan todo el oxígeno que necesitamos. Dependiendo de la concentración en la atmósfera, así como de las necesidades energéticas, controlamos la producción de las bacterias, como ya os dije buscamos una eficiencia máxima. Y aquello que se ve allí, es el garaje donde guardamos todos los vehículos que usamos en nuestras investigaciones del planeta. El tranvía interurbano usa la propia red de la ciudad pero en estos vehículos no era rentable. Su principal fuente de energía son células fotovoltaicas, además incluyen baterías por precaución y por si es necesario salir de noche. Así, esas líneas negras que pueden ver en la cúpula, son conductos que se usan para calentar agua. Como ven, nuestro rendimiento energético es casi total.


*****

Capitulo II

No hay comentarios: