jueves, 21 de junio de 2007

Réquiem por un ciudadano mundial. FINAL

Bueno, llegamos al final de este relato, que espero os haya gustado. Si no pudiste seguir las partes anteriores
Parte I, Parte II, Parte III


*****

IV

Con los pocos ahorros que tenía, volví a mi ciudad, y me puse a buscar trabajo. No se como lo hicieron pero no pude encontrar ningún trabajo decente, y digo decente que no bueno, y todavía no estaba tan desesperado de aceptar cualquier cosa. En este estado, me encontré con uno de mis antiguos compañeros del PAJ. Julián, que así se llamaba, había cambiado mucho, se le notaban mucho el paso de los años y en su cabeza lucía unas amplias entradas impensables tiempo atrás.

Pasamos horas charlando y me hablo de la situación en el mundo. Yo, en mi refugio británico, había estado apartado de las cuestiones políticas y nunca prestaba atención a las noticias ni comentarios, pero aun así, no me extrañó lo que oía de Julián: la guerra aunque sofocada en unos meses, dio lugar a una guerrilla que seguía luchando en contra de la autoridad local y mundial. Durante este tiempo, se habían llevado a cabo fuertes medidas para evitar la proliferación de estas organizaciones o el apoyo a las ya existentes. Se controlaba enormemente los viajes entre estados, el espionaje telefónico y electrónico estaban muy extendido. Me contó que dos de nuestros compañeros de Universidad habían sido detenidos y encarcelados por presunta colaboración con terroristas. No puedo decir que me escandalizara pero si sentía que todo lo que habíamos luchado en la Universidad no había servido para nada, el mundo había seguido su camino y nosotros no habíamos podido hacer nada.

También le conté toda mi historia, lo que me había ocurrido en Cambridge, se escandalizo muchísimo y tras mucha insistencia por su parte, acabé aceptando un trabajo en una empresa de importaciones-exportaciones que dirigía junto a unos amigos.

Fue una época de duro trabajo, yo les ayudaba con sus redes informáticas y con lo que necesitaran, era lo menos que podía hacer.

Un día, nos encontrábamos solucionando un problema en la configuración de la red LAN cuando uno de los compañeros entró excitado. Corriendo le seguimos al primer televisor que encontramos: el secretario general de la ONU hacía las primeras declaraciones en meses:

- Por fin, con un gran trabajo conjunto de las autoridades locales, las fuerzas de la Unión y de todos los ciudadanos podemos afirmar que la guerrilla que amenazaba el orden y la estabilidad de las Regiones Norteafricana y de Oriente Próximo ha sido totalmente eliminada. Aun así, en esta administración, preocupada por un posible resurgimiento de los peligros contra la ley establecida, creemos conveniente la aplicación de una serie de medidas que garanticen la total seguridad de los ciudadanos en cualquier parte del globo. Estas medidas serán anunciadas en la próxima reunión de la Asamblea General.

En el ambiente se podía sentir una gran turbación, un compañero nos contó que se había enterado que dichas medidas atentaban desde la libertad de prensa tanto escrita como digital, con la obligación de registro de todos aquellos que poseyeran cualquier tipo de bitácora o web en Internet, hasta el control total de los envíos entre estados. En ese momento me supuse que el nerviosismo que percibía en el ambiente, seguramente debido al posible perjuicio sobre su negocio.

Pronto vimos que las nuevas leyes no iban en broma, los arrestos se sucedían en toda el globo ante cualquier atisbo de rebeldía por pequeño que fuera.

Todo sucedió un mes después del anuncio del secretario general. Julio y yo nos encontrábamos en su piso cuando recibimos una llamada de un compañero que se encontraba en la oficina. A través del altavoz pude oír toda la conversación en la que nos decía que la policía había entrado pegando tiros, Diego y Paul estaban muertos y él se encontraba escondido en el sótano, aunque era cuestión de tiempo que lo localizaran. Nos alerto de que desapareciéramos y de pronto escuchamos la voz de un policía de fondo. Fue la última vez que hablamos con él. Yo quedé horrorizado, no comprendía como habían podido hacer eso. Julio sacó dos pistolas de su caja fuerte y me lo contó todo: usaban la empresa como tapadera, ellos se encargaban de sacar a la gente de las zonas en conflictos. No concebía como había podido llegar a esta situación, le pregunté si colaboraban con terroristas.

- Entiéndelo, nunca quise meterte en todo esto. Nos encontramos en una época muy difícil, la Unión se ha hecho muy poderosa y teníamos que actuar. Nosotros ayudamos a todo el que lo necesite, nunca preguntamos. Normalmente sacamos a familias perseguidas, muchas de ellas por motivos políticos. Ahora nos han descubierto y mientras pensamos que hacer, tenemos que desaparecer. ¡Rápido!

Le seguí con indecisión, yo era inocente, no tenía que estar escapando pero Julio tenía razón, el sistema se estaba desmoronando y teníamos que hacer algo.

Pasamos semanas deambulando por todo el estado, buscando una manera de salir de allí, mientras Julio se cobraba los favores de toda una vida. Tras una larga e improductiva búsqueda, por fin conseguimos billetes para llegar a México DF, donde esperábamos perdernos entre la gente. Me pidió que recogiera unas cosas y me reuniera con él en el puerto desde el cual íbamos a embarcar hasta Marruecos, desde donde volaríamos a México. Cuando llegué se hallaba en el suelo con tres heridas de bala en el pecho, en un esfuerzo titánico, consiguió decirme que había logrado conseguir una información que podría hacer caer a la Unión, se encontraba en una taquilla de una vieja estación de autobuses, todo dependía de mí. Allí tirado como un perro, murió.

Encontrar la memoria donde estaba guardada la información no fue difícil, llegar a México sin su ayuda, si fue todo un reto que con la ayuda de unos pasaportes mexicanos falsos pude superar.

Ya en la seguridad de una habitación de unos antiguos amigos de Julio pude observar toda la información contenida en la memoria que encontré en la taquilla. Se trataba de una lista que relacionaba a los líderes de la guerrilla con altos funcionarios de la ONU que llegaban hasta el Comisario de Defensa mediante el abastecimiento de armas y de dinero. Esto demostraba que la ONU había instigado en secreto las revueltas con el fin de endurecer las leyes y restringir las libertades individuales.

Hace unas horas he detectado que vigilaban mi ordenador, así que no tardaran en llegar, si han podido encontrarme entre más de veinte millones de personas, pueden hacerlo en cualquier lugar. Solo me queda la esperanza de que este relato y todos los datos que adjunto logren llegar a las personas indicadas. ¡Hasta siempre! Os deseo lo mejor.


EPÍLOGO:

- ¿Me había llamado señor?

- Así es, Director de Seguridad Kendall. Nos gustaría que nos presentara con todo detalle la resolución del Caso Solano.

- Como todos sabrán, fui escogido personalmente para la localización y recuperación de una importante fuga de seguridad. Gracias a los virus espía que tenemos dispuestos en la red, recibí información de que el sujeto que había recibido esa información, Lucas Solano, se encontraba en la Ciudad de México, tras dar con su paradero, cortamos todas sus conexiones sin que él reparara en ello e interceptamos el archivo en el que había enviado la información a la red antes de que nadie más lo captara. Tras esto entré en su habitación con un grupo de Asalto. Durante la operación el sujeto murió a causa de varios disparos. Para asegurarnos de que no existían copias de ese archivo quemamos el edificio entero donde se alojaba.

- ¿Esta seguro de que no han quedado cabos sueltos?

- Completamente señor. De los que lo acogieron tras su llegada a México, murieron todos en el incendio del edificio salvo dos, que fueron debidamente eliminados una hora después. La gente que compartió vuelo con él, fue detenida e interrogada hasta la muerte sin que dijeran nada relacionado con el sujeto. Para finalizar, el equipo de Asalto sufrió un horrible accidente de avión mientras regresaba a la base en Nueva York. La única copia del archivo que existe es la que les ha sido entregada a ustedes.

- Excelente Director Kendall. Puede retirarse.

- ¿Qué le ha parecido el relato?

- Muy entrañable, lástima que nadie vaya a leerlo. Una ultima cosa, asegúrese de que Kendall no llegue a casa.

- Por supuesto, Señor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Escribe muy bien, a sí ue me gustría que compratieras conmigo un proyecto, se trata de una novela en red en la que iré poniendo capítulos

http://allanbolch.blogspot.com/